Captar alumnos a través del márketing para colegios implica tres acciones complementarias y sucesivas: primero deben definirse los destinatarios del mensaje del centro y los distintos canales que nos pueden llevar a ellos. Despúes debe darse forma a los distintos mensajes, definiendo su contenido y adaptándolo al canal elegido y público objetivo. Por último, logrado el contacto previo, debe facilitarse la conversión del interés incial en una matrícula efectiva.

El primer paso  dependerá de la elaboración de un buen plan de márketing, ajustando presupuesto y objetivos. Aquí la experiencia es el valor que cuenta.  En el segundo paso, el de la concreción del mensaje pasamos a depender además, de la capacidad creativa.

El reto de transmitir todo lo que un centro educativo puede ofrecer a sus alumnos en un sólo golpe de vista es el gran desafío del publicista.  Y más cuando el centro quiere transmitir que es algo más. Cuando el público objetivo es un público elitista, el plan de marketing encuentra su verdadera piedra de toque en la creatividad y la forma del mensaje.

Trabajar una imagen de corte clásico pero añadiendo un halo de espíritu renovador y cierto desenfado que nos aleje de los tópicos más usuales puede contribuir a impactar emocionalmente con los segmentos deseados. Buscaremos el efecto espejo: despertar sentimientos de afinidad y empatía, recurriendo elementos identificadores reconocibles pero conveniente integrados en un diseño de calidad, es el modo más directo de lograrlo.